
Suena tonto el título, porque normalmente, los suicidios exitosos son fatales.
Pero, en Barcelona, una mujer decidió quitarse la vida y se arrojó desde el balcón de su casa en el octavo piso.
Camino al suelo, golpeó a un hombre que caminaba por la vereda, y aunque sobrevivió al golpe, murió camino al hospital.
Un suicidio. Dos muertos.
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