
En Londres, un joven de 26 años, que se resistió a un asalto, fue golpeado tan brutalmente que los médicos se vieron obligados a retirarle la tapa frontal del cráneo para aliviar la presión del cerebro. el tiempo pasó, el joven recuperó la conciencia y aunque le quedaron secuelas irreparables, los doctores le instalaron una placa de titanio en la frente y cabeza.
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