
Aunque también es atribuible la suerte, al hecho de que el fotógrafo tiene prácticamente, ante una eventual demanda, asegurado su porvenir económico; Su fortuna, fue soportar la paliza que Tyson le dio en el Aeropuerto de los Angeles que, como lo dejó en el hospital, fue también una desgracia.
Hay que aguantar que Tyson te cague a palos.
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