
Un hombre de 37 años que estaba celebrando un gol de su equipo, saltando en el sillón en Brasíl, se tropezó y cayó por la ventana del tercer piso de su departamento.
A diferencia de los gatos, que acomodan el cuerpo mientras caen para llegar primero con los pies, el hombre cayó de cabeza, desde unos 8 metros, y falleció por las heridas.
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