Las paredes Incas son caras

Hacía cal

or. Nos levantó a la mañana el afán de hacernos acreedores del desayuno, discreto, que el hostel más barato de Cusco prepara para sus huéspedes. Lo habíamos logrado, lo cual no es tarea sencilla pues; se sirve hasta las diez menos diez de la mañana. Que hacemos hoy? era la pregunta que los

Juan Mateu

tres nos hacíamos mientras mezclábamos el café instantáneo con la leche condensada, o cortábamos el pan, o le untábamos manteca al pan que antes habíamos cortado, o mejor aún mientras comíamos y bebíamos el resultado de lo que habíamos preparado.

Why dont we go to Cristo? lanzo Jag. Sentados en el comedor parecía una buena idea. Era una buena idea. Pero, teníamos que ir caminando? Claro. Las circunstancias siguen siendo las mismas. Bajo presupuesto.

Nos preparábamos para salir. Había sol pero hacía frío. los pocos días en la ciudad, no nos habían dotado de la experiencia suficiente como para elegir la ropa correctamente. una remera y un pantalón corto no eran suficiente. un par de converse para hacer acrobacias entre las piedras tampoco. Un Sueter, una bufanda y una campera, en cambio, estaban de mas. Ya no valía la pena volver cuando aceptamos que habíamos elegido mal las cosas que llevábamos, así que decidimos cargarlas todo el viaje.

Cool.

Tras haber rechazado un par de tours mientras caminábamos por la calle entendimos que, en la misma dirección del Cristo, que era gratis, había una zona arqueológica que podía visitarse. La entrada al parque; 130 nuevos soles (Ars215 o Uss57). Que importa. Tampoco hicimos fotos con Cristo.